AVENTURAS INFANTILES(1)
Me gustaría contaros algunas historias sobre mi pandilla. No os puedo decir, como se llamaban; pero los nombraremos usando números.Todos nos veíamos en verano. Eramos vecinos en nuestro lugar de veraneo. Juntos vivíamos situaciones muy divertidas. En estos artículos, os escribiré algunas de ellas. Espero que os gusten.
Para empezar os contaré la primera. La llamaremos "EL GRAN PARTIDO".
"Hacía una mañana muy fresquita. Como siempre, tenía que esperar a que todos terminasen de ayudar a sus madres y que alguno acabase las tareas de verano. Mis hermanos y yo, habíamos estado pintando las ventanas del chalet. A la media hora, apareció mi primer amigo: Uno. Mi amigo Uno, venía con la pelota de fútbol. Habíamos quedado con los vecinos del otro callejón. Los habíamos retado a un partido...y eso era un asunto muy serio. Así que terminamos nuestras actividades y nos despedimos de nuestras madres hasta la hora de la comida. No sé por qué, pero se quedaban muy tranquilas... Avisamos a los demás para organizar el equipo. De nuevo, tuvimos que esperar a Dos. Y es que Dos, comía por cuatro. Su desayuno más ligero era un vaso de leche, galletas, ciruelas, bocadillo de sobrasada, cereales con miel, una torta de polvorón, un trozo de muslo de pollo de la cena del día anterior, patatas fritas... y todo lo que podía saquear del frigorífico.Así que, no nos extrañamos, cuando apareció corriendo y oímos a su madre gritar.
-Vámonos corriendo-masticaba Dos- que me he comido un plato de chicharrones entero.
Así, que llegamos al campo donde jugábamos a fútbol, con el "calentamiento" de habernos escapado de una buena bronca.El campo, estaba en plena marisma. Era grande y alargado. Las porterías, eran dos cañas grandes; las escondíamos entre las matas de hierba.Teníamos que apresurarnos porque la marea subía rápidamente y nos cortaba el paso de regreso. El partido comenzó emocionante. Al acabar la primera parte el resultado era: Que a Dos se le había partido el bañador; mi amigo Uno se había resbalado en el lodo y tenía el cuerpo lleno de barro. Nuestro portero, era Tres. Lo seleccionamos para ser nuestro portero porque con lo gordo que estaba ocupaba más espacio. El pobre tenía las dos rodillas llenas de sangre; porque había parado un penalti de un tropezón y al caerse le dió a la pelota tal cabezazo, que estuvimos veinte minutos buscando el balón entre los esteros llenos de cangrejos y camarones.
Para colmo, tuvimos que sacar a un jugador del otro equipo del barro, porque se hincó de cabeza al rematar un corner.Al final; ganamos por 3-2. El regreso era el desembarco de Normandía. Parecíamos zombies vivientes, muertecitos de sed. Algunos parecíamos estatuas de fango negro. Teníamos que atravesar la carretera. Los conductores nos miraban pensando, ¿de qué manicomio se ha "escapao" esta gente?¿ de dónde han salido?...
-Un cuarto de hora de arrastrarnos por el callejón ,llegamos a casa de Cinco, que tenía un patio exterior con una manguera para regar el jardín. Allí nos quitábamos la sed (que era mucha) y el barro (que era más).
Habíamos ganado y esa tarde los del otro carril, no convidarían a "chuches" gratis.
!Eso sí que eran partidos!
©Manuel Sáenz Rodríguez "Historias de una infancia"
5 comentarios
teresa -
paola 3ºA -
D. Manuel -
Luna 3ºA. -
(1). ¿ Eso que es un cuento.? . Graciás por ponerlo. Bueno adiós.
paola 3ºA -